¿Imagina a costa de qué? I
Desde hace tiempo teníamos pendiente escribir sobre este tema, ya que es un tema que nos interesa, a la vez que nos afecta y nos preocupa. En estos días se está cerrando la convocatoria de Imagina Madrid y en torno a ella, nos surgen muchas dudas y preguntas sobre las tipologías, los tiempos y los resultados de este y otros procesos que se están llevando a cabo en la ciudad. Pensamos que abrir mínimamente este debate es pertinente y muy necesario para enriquecer las formas de pensar estos proyectos. También esperamos que este espíritu crítico se entienda en clave propositiva y que no surjan de reacciones de confrontación, sino inclusivas, es necesario articular una dialéctica constructiva entre los diferentes agentes que desarrollan su activad alrededor de estas prácticas.
En esta primera aproximación nos interesa hacer una valoración entorno a la propuesta Imagina. Por un lado, entendemos y valoramos que se trabaje en la consolidación y regularización de las prácticas colaborativas para posibilitar espacios de gestión ciudadana.
En algunos casos podemos estar más o menos de acuerdo, aunque no compartimos una visión excluyente que no tiene en cuenta posicionamientos más autónomos. En nuestro caso pensamos que es igual o más importante construir espacios de regularización que dar espacios para desarrollo de otras iniciativas autogestionadas.
También se produce otro fenómeno asociado a esta institucionalización, la instrumentalización política. Esto en muchos casos plantea la desactivación de reivindicaciones políticas de base, algo que nos parece bastante preocupante. Sobre todo porque las instituciones responsables deberían mirar más allá antes de generar confrontaciones o plantear vetos a entidades alimentando los espacios de conflicto, sin construir consensos ni debates abiertos.
Desde el ámbito institucional, hay que reconocer que se han puesto en marcha numerosas iniciativas valiosas, en muchas de las cuales hemos participado. Precisamente por eso, como responsables de esas acciones y conocedores de primera mano de las mismas, entendemos que existe la necesidad de establecer una revisión crítica de estos procesos para apuntalar muchas de las cuestiones que son deficitarias. Este nuevo proyecto se está realizando una vez más sin haber realizado un proceso crítico y colaborativo sobre las dimensiones contextuales, ciudadanas y relacionales. Este panorama nos plantea aún más dudas, ya que existen muchos déficits en los procesos de pequeña escala, y esta convocatoria los quiere trasladar a la gran escala sin evaluar los problemas que esto puede generar.
Quizá hubiese sido interesante como punto de partida trabajar estas cuestiones antes de diseñar un proyecto que aterriza en la ciudad con grandes pretensiones y afianzar proyectos existes que tienen problemáticas muy diversas más allá de generar nuevos espacios y nuevas problemáticas. Todo esto supone a su vez hinchar una burbuja de proyectos donde se generan muchas ilusiones a la ciudadanía y que en pocos meses serán abandonados o tendrán dificultades jurídicas, administrativas, económicas y de gestión para mantenerse en marcha. Lo que sí quedará de esos procesos serán preciosas fotos en catálogos que en sí mismos se convierten en archivos del fracaso en la mayoría de los casos. Entendemos que la obligación de generar resultados es algo consustancial a la lógica política, lo que nos preocupa es a costa de qué se hace.
También estamos muy preocupadas con la construcción de un relato tramposo que se forja a partir de un optimismo casi impositivo. Somos conscientes de la dificultad de generar contextos propicios que sean capaces de implicar a una ciudadanía activa en el diagnóstico, diseño, construcción y gestión de sus espacios. Aunque nos parece mucho más honesto hacerlo en un contexto de afectividad y de transparencia que implica procesos de empoderamiento a largo plazo, en conexión auténtica con todos los actores implicados y no cierta ficción que se recoge en fotos muy específicas. Lo importante son los relatos de los aprendizajes adquiridos por la ciudadanía activa en el largo plazo y las historias que vivenciamos con sus errores y alegrías.
Por último, queríamos cerrar, aunque nos dejemos muchas cosas en relación a este proyecto (Imagina Madrid), que se articula bajo los parámetros de lo “colaborativo”, aclarando que a nosotros este concepto nos toca de lleno. Precisamente por eso nos interesa abordar esta cuestión. En este caso hay muchos frentes en los que plantear dudas, pero nos gustaría centrarnos en uno de ellos que quizá no sea el más evidente, pero es definitorio.
Cuando hablamos de colaborativo en el marco jurídico y financiero, encontramos muchos elementos sin resolver en esta convocatoria. Las intervenciones que se presuponen surgirán al calor de este proyecto, exigen responsabilidad civil y a priori, no encontramos la propuesta en las bases de la convocatoria para que esa responsabilidad civil sea colaborativa. Por otro lado, no queda clara cuál es la estructura ni el marco jurídico sobre el que se sustentan los grupos de trabajo que articulan las diferentes propuestas. Y nos ocurre igualmente en el aspecto financiero, no hemos entendido cual es la propuesta para generar herramientas en la toma de decisiones de los términos económicos.
Presuponemos que estas cuestiones están en la agenda de los coordinadores del programa, y esperamos que se resuelvan y, sobre todo, que existan los mecanismos necesarios para que no se generen asimetrías en el proceso. La falta de respuesta en estas cuestiones puede generar desprotecciones a los agentes más frágiles, que a su vez son los que más energía le ponen a este tipo de procesos y los que sin los que al fin y al cabo todo esto no existiría. Abordar estas cuestiones son puntos claves para empezar a resolver las debilidades de los procesos colaborativos institucionalizados.
Imagine at the expense of what? I
For a long time we had to write about this topic, because it is a subject that interests us, while at the same time it affects and worries us. Imagina Madrid's call for proposals is closing these days and around it, we have many doubts and questions about the typologies, times and results of this and other processes that are being carried out in the city. We think that opening this debate at the very least is relevant and very necessary to enrich the ways of thinking about these projects. We also hope that this critical spirit is understood in a propositional way and that they do not arise from confrontational reactions, but rather inclusive, it is necessary to articulate a constructive dialectic among the different agents that develop their activity around these practices.
In this first approach we are interested in making an assessment of the Imagina proposal. On the one hand, we understand and value the consolidation and regularization of collaborative practices in order to make possible spaces for citizen management.
In some cases we can more or less agree, although we do not share an exclusive view that does not take into account more autonomous positions. In our case, we think that it is equally or more important to build regularization spaces than to provide spaces for the development of other self-managed initiatives.
There is also another phenomenon associated with this institutionalization, political instrumentalization. In many cases, this means the deactivation of basic political demands, something that seems to us to be quite worrying. Above all because the responsible institutions should look beyond before generating confrontations or proposing vetoes to entities feeding the spaces of conflict, without building consensus or open debates.
At the institutional level, it must be acknowledged that many valuable initiatives have been launched, many of which we have participated in. Precisely for this reason, as those responsible for these actions and with first-hand knowledge of them, we understand that there is a need to establish a critical review of these processes to underpin many of the issues that are deficit. This new project is being carried out once again without having carried out a critical and collaborative process on the contextual, citizen and relational dimensions. This scenario raises even more doubts for us, as there are many deficits in small-scale processes, and this call seeks to transfer them to the large scale without assessing the problems that this can generate.
Perhaps it would have been interesting as a starting point to work on these questions before designing a project that lands in the city with great pretensions and to consolidate existing projects that have very diverse problems beyond generating new spaces and new problems. All this in turn means inflating a bubble of projects that generate many illusions to the citizens and that in a few months will be abandoned or will have legal, administrative, economic and management difficulties to keep going. What will remain of these processes will be precious photos in catalogues that in themselves become files of failure in most cases. We understand that the obligation to generate results is something inherent in political logic, what worries us is at the expense of what is done.
We are also very concerned with the construction of a cheating tale that is forged from an almost tax-based optimism. We are aware of the difficulty of generating propitious contexts that are capable of involving an active citizenry in the diagnosis, design, construction and management of their spaces. Although it seems much more honest to do so in a context of affectivity and transparency that involves long-term empowerment processes, in authentic connection with all the actors involved and not a certain fiction that is collected in very specific photos. What is important are the stories of the learning acquired by active citizenship in the long term and the stories we experience with their mistakes and joys.
Finally, we wanted to close, even if we leave a lot of things behind in relation to this project (Imagina Madrid), which is articulated under the parameters of the "collaborative", clarifying that this concept touches us completely. That is precisely why it is in our interest to address this issue. In this case there are many fronts on which to raise doubts, but we would like to focus on one of them that may not be the most obvious, but it is definite.
When we talk about collaboration in the legal and financial framework, we find many unresolved elements in this call for proposals. The interventions that are supposed to arise in the heat of this project, require civil responsibility and a priori, we do not find the proposal in the bases of the call for this civil liability to be collaborative. On the other hand, it is not clear what is the structure or legal framework on which the working groups that articulate the different proposals are based. We have not understood what the proposal is to generate tools for decision-making in economic terms.
We assume that these issues are on the agenda of the programme coordinators, and we hope that they will be resolved and, above all, that the necessary mechanisms will be in place so that no asymmetries are generated in the process. The lack of response to these questions can generate unprotection for the most fragile agents, who in turn are the ones who put the most energy into this type of process and those who, without them, would not exist at the end of the day. Addressing these issues are key points to begin to address the weaknesses of institutionalized collaborative processes.